miércoles, 27 de abril de 2016

El síndrome del pitufo gruñón

Dicen los necios y los cínicos (la frase se atribuye a Winston Churchill y desde luego es digna de él) que quien no es revolucionario a los veinte años no tiene corazón y quien sigue siéndolo a los cuarenta no tiene cerebro. En realidad es justo al revés: quien no es revolucionario a los veinte años no tiene cerebro, pues hay que ser muy tonto para no darse cuenta de que vivimos en una sociedad injusta y despiadada, y quien deja de serlo a los cuarenta no tiene corazón, pues el egoísmo y la cobardía prevalecen sobre su sentido de la justicia. Aunque puede que a los desertores varones no solo les falle el corazón, sino también otro órgano, a juzgar por los recientes estudios sobre el SPG, también conocido como síndrome de irritabilidad masculina... Para leer más, pincha aquí.

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